La fractura de cadera en la tercera edad es mucho más que un ?simple? problema traumatológico o quirúrgico; en un número muy elevado de casos deriva en situaciones irreversibles de dependencia. La incidencia global en nuestro país, en personas mayores de 65 años, ha variado entre 301 y 897 por cada 100.000 habitantes.
Es, por tanto, un verdadero problema de salud pública que hay que tratar de controlar desde la prevención. Y es en este ámbito donde el uso del Pilates es un gran aliado.
El pasado mes de noviembre de 2019, la revista European Journal of Sport Science publicó un artículo titulado ?Effects of Pilates on fall risk factors in community-dwelling elderly women: A randomized, controlled trial.? (Efectos de Pilates sobre los factores de riesgo de caídas en mujeres de edad avanzada que viven en la comunidad: un ensayo aleatorizado y controlado.)
El objetivo principal era analizar los efectos que un programa de ejercicios basado en el método Pilates tendría sobre la confianza en el equilibrio, el miedo a las caídas y el control postural en mujeres de 60 o más años.
Ciento diez mujeres (69,15 ± 8,94 años) participaron en este ensayo aleatorizado y controlado que tuvo lugar en Jaén (España). Los participantes fueron asignados aleatoriamente a un grupo de control (n ?= 55), que no recibió intervención, o a un grupo de Pilates (n ?= 55), que llevó a cabo un programa de ejercicios basado en el método de Pilates en sesiones de 60 minutos durante 12 semanas.
Los resultados mostraron que con respecto al equilibrio, el grupo de Pilates mostró valores más altos en comparación con el grupo de control.
Las mujeres del grupo de Pilates mostraron menor temor a caerse, en comparación con las del grupo de control.
Finalmente, con respecto al equilibrio estático, las participantes del grupo Pilates experimentaron mejoras estadísticamente significativas en la velocidad y los movimientos anteroposteriores del centro de presión con los ojos abiertos y cerrados.
Es decir, que los autores de este estudio llegaron a la conclusión de que un programa de entrenamiento siguiendo los estándares del Método Pilates, de 12 semanas de duración, tiene efectos beneficiosos sobre la confianza en el equilibrio, el miedo a las caídas y la estabilidad postural, en mujeres de edad avanzada.
Implementar un programa de ejercicios basados en el Método Pilates en las residencias de mayores no tiene por qué suponer un gran desembolso económico y, como ya hemos visto, sí tendría un impacto muy positivo sobre la calidad de vida y riesgo de caídas en las (y los) residentes. Así que animamos desde aquí a centros de día y residencias, a que se planteen la incorporación en su cartera de servicios de este beneficioso sistema de prevención.
Si quieres acceder al artículo original, haz clic aquí.