Una tercera edad que inspira
El pasado día 4 de este mismo mes y año, el diario Información.es publicó una noticia que nos ha parecido tan emocionante, que queremos compartirla con vosotros.
La protagonista es Elena García Coca, tiene 78 años y, aunque nacida en Jaén, vive en El Campello (Alicante) desde los 15 años.
La pandemia nos confinó a todos durante varios meses y ella, lejos de aburrirse o venirse abajo, decidió que quería aprender a escribir y mejorar su lectura, aprovechando la coyuntura. Para ello se sirvió de la ayuda de sus nietas.
Esta historia no pasaría de ser una más de coraje y esfuerzo en una persona mayor, sino fuera por el resultado: Elena resultó ganadora de un premio de escritura nacional para mayores de 65 años.
"Pensaba que se iban a reír de mí, y he ganado. Me dicen que he sido muy valiente", comenta satisfecha Elena.
"Me hacía ilusión aprender a escribir, aunque la letra me sale muy mal y estoy borrando continuamente para hacerla mejor", afirma, a lo que su nieta, también Elena de nombre, apostilla entre risas que "somos muy perfeccionistas".
Elena es una de entre muchas personas mayores que emigraron en busca de una vida mejor, y tuvo que trabajar desde muy joven, por lo que no pudo estudiar. Sólo fue uno o dos días a la escuela, y solo sabía escribir su nombre con dificultad. Con la lectura se defendía un poco, sobre todo gracias a las revistas del corazón, periódicos y la televisión.
Y su relato, ganador del concurso "Palabras mayores" de la revista digital "Cultura Inquieta", es muy revelador sobre lo que ha supuesto para Elena aprender, con 76 años, a escribir.
Es corto pero clarificador: "Nunca se lo he dicho a nadie: me hubiera gustado aprender a leer y escribir. Nunca dejes de intentarlo".
El apoyo de sus nietas
Su nieta comenta que ha tenido que empezar desde cero a escribir. Pero ahora, en un tiempo que para su edad se puede considerar récord, ya puede escribir felicitaciones, la lista de la compra, realizar con más seguridad su firma, los números y más cosas.
Su nieta Elena Tur explica en la publicación que "cuando nos ponemos a practicar con ella, es de las veces que más la escuchamos reírse de su 'mala letra' y nos cuenta recuerdos de cuando era joven. Aunque en su día a día no tiene necesidad de escribir mucho, queríamos que tuviera confianza de escribir la lista de la compra, el 'felicidades' de la tarjeta de cumpleaños de sus nietos o su firma sin ponerse nerviosa. Era una de las cosas que le habría gustado hacer para ella, y no por los demás, aunque nunca lo haya dicho en voz alta".
Elena acaba recordando que "fueron mis nietas las que me animaron a participar en el concurso", porque era su "asignatura pendiente. Sólo querían que aprendiera".
Ahora ha ganado un concurso de escritura breve nacional para mayores de 65 años, que llega al corazón. Y es que nunca es tarde para intentarlo... y aprender.
No sabemos si Elena y sus nietas leerán nuestro blog, pero queremos enviarla, en todo caso, nuestras felicitaciones por el galardón y todo nuestro cariño. Lo que ha conseguido es, sin la menor duda, muy meritorio.