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Probablemente ya has oído hablar del Tai-Chi. Y probablemente no tienes muy claro qué es, en qué consiste y qué beneficios tienes para la salud.

En nuestro artículo de hoy vamos a hacer dos cosas: explicarte brevemente qué es y hablarte de sus propiedades beneficiosas para personas, sobre todo de edad avanzada, con insuficiencia cardiaca crónica.

Vamos con la primera.

El Tai Chi, o Tai Chi Chuan, se menciona por vez primera en el I Ching o Libro de las Mutaciones, un libro de sabiduría taoísta escrito entre los años 3.000 y 1.100 a.C. tiene por tanto una antigüedad de unos 5.000 años. Su traducción aproximada podría ser "realidad definitiva suprema" o "fuerzas esenciales que gobiernan todo fenómeno".

Aunque es un arte marcial y casi todos tenemos la imagen de éste como un conjunto de movimientos orientados al combate cuerpo a cuerpo, no tiene nada que ver con las peleas de Bruce Lee o Jackie Chan. Al menos a día de hoy. En su concepción primigenia sí surgió con este propósito. Existe alguna modalidad de este arte marcial destinada a la lucha, pero no es la que nos interesa en este post.

Práctica del Tai Chi en Lanzhou.

 
  Práctica del Tai Chi en Lanzhou.

 

En la República Popular China el Tai Chi es una actividad muy popular. En los parques de las ciudades se puede observar por las mañanas a miles de personas ejercitando sus movimientos lentos y fluidos. Actualmente son millones quienes lo practican en todo el mundo.

Dentro de los estilos y escuelas se practican diferentes ejercicios básicos como movimientos individuales, ejercicios de postura y de respiración, y de meditación. Estos sirven al aprendizaje de los principios del Tai Chi Chuan, para soltar las articulaciones, relajar el cuerpo entero y modificar poco a poco la postura con el fin de evitar sobrecargas inconvenientes de las articulaciones. Para ello con frecuencia se utilizan ejercicios de los sistemas del Chi Kung.

Lo esencial del ejercicio está representado por una o varias formas consistentes en secuencias de movimientos claramente determinadas, que se siguen unas a otras de modo que constituyen una secuencia fluida.

Muchas formas se denominan según la cantidad de posturas o movimientos, así por ejemplo la «Forma de 24 movimientos» (Forma Pekín) o la «Forma de 37 movimientos» (Forma abreviada según Zheng Manqing). Las formas más extensas tienen más de cien técnicas, por ejemplo la «Forma larga del estilo Yang» según Yang Chengfu, con sus 108 posiciones.

La ejecución de una forma puede tomar desde pocos minutos hasta una hora y media, según la cantidad de movimientos de la forma y la velocidad de su ejecución. La mayoría de ellas se ejecutan de forma lenta y calmada (lo más conocido), aunque no es siempre así.

El principio fundamental del Tai Chi Chuan es la suavidad: el practicante debe moverse de manera natural, relajada, suelta y fluida. No hay ejercicios de fuerza, rapidez o tonificación.

El cuerpo debe estar relajado. Una relajación que consiste en la expresión de la así llamada fuerza Yin para los movimientos orientados a un fin, que se coordinan de manera conjunta en el cuerpo y que no están supeditados a ningún tipo de tensiones inhibitorias. Se persigue que los músculos que no son necesarios para realizar el movimiento estén relajados, mientras los demás trabajan.

La respiración debe ser profunda, relajada y fluir de manera natural.

Los 10 mandamientos del Tai Chi Chuan:

  1. Erguir la cabeza de manera relajada.
  2. Mantener el pecho atrás y enderezar la espalda.
  3. Soltar la región lumbar y la cintura.
  4. Separar lo vacío y lo lleno (distribuir el peso correctamente).
  5. Dejar colgar los hombros y los codos.
  6. Aplicar el Yi y no la fuerza física.
  7. La coordinación de lo de arriba con lo de abajo.
  8. La armonía entre el interior y el exterior.
  9. El flujo ininterrumpido (que el movimiento fluya).
  10. Mantenerse quieto en el movimiento.

En la década de los 60 del pasado siglo XX el Tai Chi se trasladó a Occidente, donde se comenzaron a desarrollar variantes de los estilos originales.

Terminamos la sección comentando que la UNESCO ha reconocido al Tai Chi como Patrimonio de la Humanidad.          

Vamos ahora con la segunda:

Ya hemos visto que dejando al margen los estilos de combate, esta técnica milenaria aporta muchos beneficios para la salud. Además, al tratarse de movimientos suaves, fluidos y calmados, no es extraño que las personas de mayor edad sean quienes más lo practican. Al menos en Occidente.

La prestigiosa clínica Mayo, a través de su web en español, con informa de los diversos beneficios de este modelo de arte marcial para la salud. Diferencia dos bloques: los efectos positivos y los probablemente positivos.

Los positivos:

  • Menos estrés, ansiedad y depresión.
  • Mejor estado de ánimo.
  • Mayor capacidad aeróbica.
  • Aumento de la energía y la resistencia.
  • Mayor flexibilidad, equilibrio y agilidad.
  • Más fuerza y definición muscular.

Los probablemente positivos:

  • Mejorar la calidad del sueño.
  • Mejorar el sistema inmunológico.
  • Reducir la presión arterial.
  • Mejorar el dolor articular.
  • Mejorar los síntomas de la insuficiencia cardíaca congestiva (De este hablamos seguidamente.)
  • Mejorar el bienestar general.
  • Reducir el riesgo de caídas en los personas mayores.

Nos centramos en uno de esos probables que, según un meta-análisis de este mismo año, publicado en Journal of Cardiovascular Nursing, concluye que la práctica del Tai Chi puede incorporarse en los programas de rehabilitación  existentes, aunque queda por determinar si de forma generalizada o individualizada.

Seis estudios, que incluían 229 pacientes de 68 años de edad media, con un 28% de mujeres, cumplieron los criterios de inclusión.

En comparación con los controles, los participantes de Tai Chi tuvieron una capacidad de ejercicio significativamente mejor ( g = 0.353; P = .026, I 2 = 32.72%), mejor calidad de vida ( g = 0.617; P = .000, I 2= 0%), con menos depresión ( g = 0.627; P = .000, I 2 = 0%), y disminución de la expresión del péptido natriurético tipo b ( g = 0.333; P = .016, I 2 = 0%).

Como corolario podríamos decir que un programa de Tai Chi bien orientado, diseñado y dirigido podría ser una herramienta rehabilitadora de gran utilidad para una población de edad avanzada, tanto en el ámbito residencial como para mayores autónomos.

¿Y si nos planteamos incluirlo entre los servicios asistenciales de los centros para mayores a gran escala?

Referencias:

Journal of Cardiovascular Nursing

Wikipedia

Fisiologiadelejercicio.com