El duelo de nuestros compañeros peludos
Llevan con nosotros toda la vida. Se sabe que el perro fue el primer animal domesticado por el homo sapiens y que, incluso, la Evolución, a diferencia del lobo, del que desciende, les ha otorgado la capacidad de mover el párpado superior, para así aumentar su expresividad y comunicarse mejor con nosotros.
Muchos hemos tenido o tenemos más de un amigo peludo en casa. Perro, gato, o perros y gatos. Son una gran compañía para las personas mayores. Reducen esa sensación de soledad que muchos de nuestros ancianos sufren en su día a día. Y llega un momento en que ellos también se hacen viejos, enferman y mueren.
Cuando han convivido con otras mascotas y han pasado muchos años juntos, ellos también sufren la muerte de su ?amigo?.
La ciencia ha demostrado lo que quienes estamos acostumbrados a tenerlos con nosotros ya sospechábamos por pura intuición y observación.
Ellos también pasan su duelo por la pérdida de un compañero.
Su forma de mostrarlo es diferente a la nuestra, pero el sufrimiento por la pérdida es muy similar.
Muchos gatos y perros sufren cambios de conducta y pérdidas de apetito relacionados con el duelo tras perder a un compañero animal con el que viven, como muestra un estudio publicado en la revista científica Animal.
Uno de los comportamientos más frecuentes observado en perros y gatos tras la pérdida de un compañero animal, es la ?revisión? constante de sus zonas de descanso. El 60% de los perros y el 62% de los gatos, según este estudio, suelen revisar una y otra vez los lugares donde su animal amigo solía sestear.
Además, se muestran más dependientes y más solícitos de la compañía y el cariño de sus humanos. Desean más contacto físico con sus referentes humanos preferidos.
Curiosamente, las vocalizaciones se producen con más frecuencia e intensidad en los gatos que han perdido a su viejo amigo, que en los perros. Sin embargo, los canes se pasan más tiempo durmiendo tras la pérdida, que los gatos.
Ellos también manifiestan su dolor y sufrimiento de una forma única y particular, como nos sucede a los humanos. No se trata de conductas homogéneas dentro de su especie. No seas duro con ellos cuando observes esos cambios de conducta. Respeta su dolor y, más temprano que tarde, todo volverá a la normalidad.
A tu compañero perruno o felino le ayudarán las actividades agradables que suele gustarle más llevar a cabo. Tu perro agradecerá que des buenos paseos por sus zonas preferidas y que juegues más con él. Y si ya es viejito, que le acompañes y le acaricies más. Utilizar un tono de voz sereno cuando le acaricias, le tranquilizará y le hará sentir bien.
Cuando tu mascota haya perdido a su compañero/a, ofrécele cariño extra sea en forma de caricias, de palabras amables, de juego o, sencillamente, de tiempo para sestear a tu lado.
No olvides que son un miembro más de la casa. Que crean vínculos afectivos y emocionales con el resto de ?su manada? y que cuando pierden a uno de ellos, sufren.
Dales un extra de cariño cuando esto suceda.