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Como ser humano que eres, estamos convencidos de que, en mayor o menor medida, te vas a reconocer en este artículo.

Da igual la edad (aunque suele ser más propio de gente joven). Adolescente, joven, mediana edad, incluso edad avanzada. Puede que estés ahora en el proceso. Puede que lo hayas experimentado varias veces a lo largo de tu vida.

La limerencia , como postula la psicóloga Dorothy Tennov , es un estado cognitivo y emocional involuntario en el que una persona siente un intenso deseo romántico por otra persona (el objeto limerente).

La limerencia a menudo es sinónimo de "estar enamorado " de otra persona, aunque a diferencia de un flechazo, puede durar meses, años o incluso toda la vida, y contiene un cierto cariz psicopatológico.

Puede experimentarse como una alegría intensa o como una desesperación extrema, dependiendo de si los sentimientos son recíprocos o no.

Tennov describe la limerencia como una sensación de comienzo apenas perceptible, de interés por el objeto limerente, que, si se nutre de las condiciones apropiadas, puede crecer hasta una intensidad enorme, aunque lo más habitual es que decrezca hasta un nivel bajo después de algún tiempo.

En esta etapa, afirma Tennov, la limerencia se transforma a través de la reciprocidad, o se transfiere a otra persona que luego se convierte en el nuevo objeto limerente. Si la persona es correspondida, la limerencia se transformará en una relación. En caso contrario ésta buscará otra referencia como objeto limerente.

Esto quiere decir que en condiciones de normalidad, la disminución de la limerencia a través de la reciprocidad, se acompaña del crecimiento de una respuesta emocional que se describe más adecuadamente como amor.

No obstante no hay que confundir la limerencia con el amor, u otras emociones.

Tennov afirma que:

  • El amor implica preocupación por el bienestar y los sentimientos de la otra persona, mientras que la limerencia no lo requiere, aunque puede incorporarse.
  • El afecto y el cariño existen solo como una disposición hacia otra persona, independientemente de si esos sentimientos son recíprocos, mientras que la limerencia exige el retorno.
  • El sexo con el objeto no es esencial ni suficiente para un individuo que experimenta limerencia, a diferencia de uno que experimenta atracción sexual.
  • La limerencia es mucho más duradera que sentimientos como el enamoramiento, la pasión romántica y el ?amor de cachorro?, perdurando durante meses o incluso años.

La limerencia se caracteriza por una serie de elementos que identifican al sujeto limerente:

  • Pensamiento intrusivo sobre el objeto limerente.
  • Anhelo intenso de reciprocidad.
  • Fantaseo de emociones correspondidas, cuando estas no hay reciprocidad.
  • Miedo al rechazo y timidez inquietante en presencia del objeto limerente.
  • Sensibilidad aguda a cualquier acto, pensamiento o condición que pueda interpretarse favorablemente, y una habilidad extraordinaria para idear o inventar explicaciones "razonables" de por qué las acciones neutrales son un signo de pasión oculta en el objeto limerente. Es decir, exageración o elucubración en la interpretación de señales de la otra persona (objeto limerente).
  • Una notable capacidad para enfatizar lo que es verdaderamente admirable en el objeto limerente y para evitar insistir en lo negativo o convertirlo en otro atributo positivo. Es decir: sobrevaloración de lo positivo e infravaloración de lo negativo de la persona limerente.

Como tantos otros estados emocionales que superan nuestra capacidad de adaptación, la persona que se encuentra bajo esta condición está expuesta a alteraciones fisiológicas. Por ejemplo:

  • Palpitaciones.
  • Temblores.
  • Palidez.
  • Enrojecimiento.
  • Dilatación pupilar o midriasis.
  • Debilidad general.
  • Torpeza.
  • Tartamudeo.
  • Timidez.
  • Confusión.

Y, por supuesto, nerviosismo y ansiedad debidos a la terrible preocupación de que cualquier acción pueda provocar un desastre. Inseguridad.

Se desarrolla una condición de alerta sostenida, un aumento de la conciencia y un enorme fondo de energía para desplegar en la persecución del objetivo constante. El sistema nervioso autónomo simpático se dispara.

La sensación de limerencia se siente en el punto medio del pecho. Esto es éxtasis en momentos de reciprocidad y desesperación en momentos de rechazo.

Albert Wakin, profesor de psicología de la Sacred Heart University, en Connecticut, y experto en limerencia, define el término como una combinación de trastorno obsesivo-compulsivo y adicción, un estado de "anhelo compulsivo por otra persona". El profesor Wakin estima que el 5% de la población lucha contra la limerencia.

El profesor Wakin dice: ?Es una adicción para otra persona. Y encontramos que su componente obsesivo-compulsivo es extremadamente convincente. La persona está preocupada por el objeto limerente (el tema de su obsesión) hasta el 95% del tiempo". Da sentido a la frase ?no puedo pensar en otra cosa.? N.del A.

Seguro que en algún momento de tu vida, como decíamos al principio, has sucumbido a este estado y lo has superado. Hay quien lo supera absolutamente, hay quien lo supera en parte y hay quien nunca llega a superarlo. Este último caso, incluso el segundo, requerirá la ayuda de un profesional que ayude a normalizar la situación.

En relación con esto último, nos gustaría que leyeras un interesante artículo sobre este tema, que Alejandro Vera, psicólogo y nutricionista, publica en su web grullapsicologiaynutricion.com.

Seguro que te ayuda a entender mejor que nosotros qué es la limerencia y cómo hacerse cargo de ella para que no nos lastime, o saber aconsejar a quien se encuentra en este proceso.

Ref.:

psychcentral.com

psychology.wikia.org