La revista Nature publicó en enero de este año un artículo interesante que vincula la aparición de canas con el estrés (Zhang, B., Ma, S., Rachmin, I. et al. Hyperactivation of sympathetic nerves drives depletion of melanocyte stem cells. Nature 577, 676?681 (2020). https://doi.org/10.1038/s41586-020-1935-3).
La evidencia empírica y anecdótica asocia el estrés con el envejecimiento acelerado del cabello (formación de pelos no pigmentados o canas) pero hasta ahora ha habido poca validación científica sobre este vínculo.
El estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad de Harvard, demuestra que, en ratones, el estrés agudo conduce al envejecimiento del cabello a través del rápido agotamiento de las células madre de melanocitos.
Las canas resultan de la activación de los nervios simpáticos que inervan el nicho de las células madre de los melanocitos.
En condiciones de estrés, la activación de estos nervios simpáticos conduce a la liberación repentina del neurotransmisor noradrenalina (también conocida como norepinefrina). Esto hace que las células madre de melanocitos en reposo proliferen rápidamente.
La supresión transitoria de la proliferación de células madre de melanocitos previene el envejecimiento del cabello inducido por el estrés.
Los científicos estresaron a animales de pelo negro de diferentes formas (separándoles de sus congéneres o dejando encendida la luz por la noche). Al final, todos los roedores tenían más manchas blancas en el pellejo que los del grupo de control, a los que no habían estresado.
Cuando se cae un pelo se forman nuevos melanocitos a partir de las células madre y se introducen en el siguiente ciclo.
A lo largo de la vida va disminuyendo la cantidad de células madre. Consecuencia: antes o después se nos pone el pelo blanco. Sin embargo, en situaciones que disparan una elevada secreción de adrenalina, de forma regular y habitual (situación de estrés continuado), el proceso se ve ?desbordado?, por lo que el pelo pierde su pigmentación habitual de forma prematura.
Los investigadores se dieron cuenta de que cuando cambiaban el receptor de forma que la noradrenalina ya no podía acoplarse, los ratones genéticamente manipulados seguían siendo negros a pesar del estrés.
El equipo científico tiene previsto investigar si estos datos son suficientes para desarrollar un tratamiento eficaz contra las canas y combatir los efectos visibles del estrés.
Si quieres acceder al artículo original, puedes hacerlo aquí.
Referencias:
Investigacionyciencia.es
Nature.com