La mayoría de los síntomas de ambas patologías son tan similares que, a falta de una evaluación médica no será posible saber con certeza de cuál de las dos se trata.
Con la premisa de que es posible tener ambas al mismo tiempo, hay algunas pistas que se pueden tener en cuenta para distinguirlas. Luego las repasaremos.
Primero hay que distinguir entre un resfriado y una gripe.
Hay al menos 100 tipos de virus capaces de causar el resfriado común, pero sólo cuatro causan la gripe estacional. ¿Cómo diferenciarlos?
Aunque los síntomas son en ocasiones muy parecidos (dolor de cabeza, malestar general, mucosidad, congestión nasal, fiebre, etc.), en el caso de la gripe generalmente son de mayor intensidad. Nos sentimos como si nos hubiera pasado por encima un rebaño de ovejas.
También pueden aparecer infecciones de oído, diarrea o vómitos.
En los casos graves, la complicación más común es la neumonía. Los signos típicos de una neumonía por gripe son dificultad para respirar, especialmente cuando se esfuerza, y una respiración inusualmente rápida (los médicos suelen buscar eso en los niños) y, a veces, dolor en el pecho o la espalda.
Los ?síntomas gripales raros? del COVID19
En principio, y en lo referente a los signos y síntomas más evidentes, el SARS-CoV-2, que es el nombre propio de este coronavirus, son casi idénticos a los de la gripe común: fiebre alta, tos seca, fatiga, escalofríos, etc.
El dolor articular y/o muscular también suele ser poco específico como diagnóstico diferencial.
Sin embargo, la pérdida total o parcial del sentido del olfato y, en ocasiones, el gusto, sí se asocia a una infección por COVID19. Un estudio apunta a que esto sucede en el 87% de los casos detectados.
Hay a quien le aparecen una especie de sabañones o ampollas en los dedos de las manos o los pies. Los denominados ?dedos COVID?.
Síntomas más peligrosos relacionados con una infección por COVID, que significan que debe obtener atención médica inmediata, incluyen dificultad respiratoria grave, dolor o presión en el pecho, cianosis (labios azules), confusión o respuestas incoherentes a preguntas sencillas, y colapso o pérdida del conocimiento.
Uno de los factores que agravan la infección por SARS-CoV-2 es que puede causar coágulos de sangre (trombos) que podrían desembocar en daños cardíacos, cerebrales y pulmonares. E incluso algunos casos que parecen leves o asintomáticos, generan signos de lo que los médicos creen que puede derivar en un daño cardíaco duradero.
Otro aspecto inusual del COVID es que algunas personas desarrollan una neumonía no especialmente abrupta, pero igualmente grave. Disponer de un pulsioxímetro portátil (se encuentra en internet a un precio bastante asequible) podría ser de gran ayuda. Varias lecturas con una saturación por debajo del 92% es una urgencia médica.
En general estos son aspectos más comunes de este nuevo virus que los de una gripe estacional común.
En el caso del COVID19, los síntomas pueden comenzar de dos a catorce días después de la exposición al virus, pero la mayoría comienzan de cinco a siete días después; ¡ojo!, puedes comenzar a contagiar dos días antes de comenzar a sentirte mal. De ahí que sea de suma importancia respetar los consejos médicos, evitar situaciones de riesgo y la rápida intervención de rastreadores.
En lo referente a las pruebas diferenciales, el PCR es más preciso que las pruebas rápidas de antígenos, pero puede llevar horas o incluso días la obtención del resultado.
Desde Mundomayor te recomendamos que sigas las indicaciones de los especialistas y que, en caso de haber estado cerca de una persona con síntomas (o que hubiera dado positivo en COVID), acudas rápidamente a tu centro de salud o llames a los teléfonos que cada Comunidad Autónoma tienes habilitados a tal fin. Los tienes en esta web del Ministerio de Sanidad.
También que, si te encuentras dentro de los grupos de riesgo, te vacunes contra la gripe en cuanto comience el periodo de vacunación.
No te confíes. Si empiezas a sentir alguno o varios de los síntomas que te hemos comentado más arriba, acude lo antes posible a tu médico. Quizás sólo se trate de un catarro o una gripe, o quizá te hayas contagiado de COVID19. En cualquier caso, piensa que no es tu salud la única que se puede ver afectada si has contraído la enfermedad. Y que, aunque tus síntomas sean leves o incluso inexistentes, aún puedes contagiar a otra persona y poner en serio riesgo su salud. Incluso su vida.
Resfriado, gripe y COVID comparten síntomas que las hacen difícilmente distinguibles para profanos en medicina o ciencias de la salud.
No te la juegues y, sobre todo, no se la juegues a quienes están a tu lado. Actúa de forma responsable.
Referencia:
The New York Times