Blog MundoMayor

Artículos, noticias, curiosidades, comunicación, eventos, sucesos, etc. En general y fundamentalmente relacionados con el ámbito de las personas mayores, la dependencia y los Servicios Sociales y el sector sociosanitario, pero no exclusivamente. Eso sí, siempre escrutando la actualidad para ofrecerte contenidos de calidad y solvencia contrastadas.

En este segundo artículo destacamos las patologías más comunes que se producen cuando se alcanza esa denominada tercera edad.

Muchas de ellas son el resultado del paso de los años con su correspondiente deterioro sistémico. No tienen por qué suponer un hecho patológico en sí mismo.

Otras, sin embargo, constituyen el resultado de un proceso de desgaste y deterioro, provocado por factores personales y/o medioambientales, que pueden ser evitables o modificables.

Veamos:

Musculoesquelético: artrosis, osteoporosis, gota , pérdida de masa muscular, fracturas.

Hormonal: diabetes, menopausia, disfunción tiroidea, colesterol alto en sangre, metabolismo general más lento.

Neurológicos: demencias, enfermedad de Parkinson, accidentes cerebrovasculares, visión deficiente, discapacidad auditiva, problemas de equilibrio.

Visual: degeneración macular, glaucoma, cataratas, enfermedades oculares relacionadas con la hipertensión.

Cardiovascular: infartos y/o anginas de pecho, insuficiencia cardíaca congestiva, arritmias, hipertensión, aterosclerosis (endurecimiento y estrechamiento de los vasos sanguíneos) y enfermedad vascular periférica o enfermedad arterial periférica (flujo sanguíneo deficiente como resultado de vasos sanguíneos estrechos).

Pulmonar: enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), pérdida de volumen pulmonar, enfisema, pleuresías.

Renal: función renal deficiente por diabetes e hipertensión de larga duración.

Piel y Cabello: caída del cabello, piel seca, picor, infecciones.

Cánceres: próstata, colon, pulmón, mama, piel, vejiga, ovario, cerebro, páncreas.

Médula ósea y sistema inmunológico: anemia, mielodisplasia (incapacidad para producir suficientes células sanguíneas).

Gastrointestinal: úlceras de estómago, diverticulosis (pequeñas bolsas que se forman en la pared del colon), inflamación del colon o colitis por infección o isquémica (flujo sanguíneo deficiente), dificultad para tragar (disfagia), estreñimiento, incontinencia intestinal, hemorroides.

Urinaria: incontinencia urinaria, urgencia urinaria, dificultad para orinar, prostatitis o cáncer de próstata, normalmente benigno, en el caso de los hombres.

Oral y dental: gingivopatías (enfermedad de las encías), boca seca, pérdida de piezas dentales.

Infecciones oportunistas: infección del tracto urinario, neumonía, infección cutánea, herpes, infección del colon.

Psiquiátricos o psicológicos: depresión, ansiedad, trastornos del sueño, insomnio.

Problemas generales: fatiga, desacondicionamiento general, olvidos, efectos secundarios de la medicación, disminución del apetito, adelgazamiento, caídas.

Queremos subrayar que no se trata de ser alarmistas. El paso de los años es un proceso que, en cualquier caso, paga su peaje. Ni todo el mundo sufrirá todos estos desórdenes al llegar a viejo, ni todas las personas mayores sufrirán alguna de estas alteraciones de la misma forma o con la misma intensidad, ni todos estos procesos son el resultado de haber sido negligentes con nuestro organismo.

Lo que sí es cierto es que, aunque con algunas reservas, haber tenido una juventud y una madurez saludables, es una inversión para una senectud tranquila y sana.

Esas reservas son lo que seguro habrás dicho u oído más de una vez: ?siempre he llevado una vida sana, y ahora a mis (? años) resulta que tengo esto, y esto otro y esto de más allá??

Así es. Unas veces por culpa de la genética, otras por herencia, el caso es que la aparición de algunas enfermedades, por muy bien que nos hayamos portado con nosotros mismos y con nuestro organismo, no se pueden prever. Lo que no obsta para que, con una vida saludable, como decíamos antes, éstas se puedan, al menos, minimizar en su sintomatología o pronóstico.

Nuestro consejo es que, tengas la edad que tengas, adoptes unas normas básicas de vida sana.

Haz ejercicio adaptado a tu edad y condición física con regularidad, lleva una dieta sana y evita los alimentos que pueden irritar o contravenir tus procesos digestivos, evita el sobrepeso, descansa lo suficiente, socializa, limita o evita el consumo de productos nocivos para tu salud, utiliza aquellos que sí pueden mejorarla (infusiones, zumos naturales, etc.), sonríe y, sobre todo y cuando ya se pueda, abraza y deja que te abracen. Mucho. Muchas veces al día.

Posdata: si tienes interés en que desarrollemos más en profundidad alguna de las alteraciones o patologías que hemos citado, háznoslo saber a través de nuestras redes sociales, a enviando un correo a prensa@mundomayor.com.

Ref.: medicinenet