Blog MundoMayor

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Este es el primero de una serie de artículos en los que vamos a detallar qué sucede durante el proceso de envejecimiento, y cómo podemos conseguir que éste sea lo más saludable posible.

Vamos a comenzar por detallar algunos de los cambios físicos y fisiológicos que se irán produciendo al entrar en esa etapa de la vida que llamamos ?tercera edad?.

Antes de empezar, queremos señalar que estos procesos no están relacionados, a priori, con patología alguna. Son simplemente una consecuencia del paso de los años. Por otro lado, no en todas las personas se producirán de la misma manera, o con la misma intensidad. Algunos de estos cambios, sobre todo los relacionados con procesos degenerativos, se pueden retardar en el tiempo o minificar su importancia, si hemos llevado y seguimos llevando una vida saludable.

Vamos a empezar.

Sueño

Los patrones de sueño pueden cambiar significativamente con la edad. La menor duración del sueño, su peor calidad restaurativa y la superficialidad de éste, van siendo cada vez más evidentes a medida que envejecemos.

Procesos evacuatorios

El control deficiente de intestinos y vejiga, puede causar problemas de incontinencia. Por otro lado, el estreñimiento es común en los adultos mayores, al igual que el aumento de la frecuencia urinaria y la dificultad para iniciar la micción en los hombres. La hiperplasia protática (normalmente benigna) es uno de los cambios más habituales en varones, a partir de cierta edad.

Gusto y olfato

El sentido del olfato puede verse afectado (hiposmia o anosmia). Aunque con menor frecuencia, también puede suceder lo mismo con el gusto (hipogeusia o ageusia). Ambas cosas, o cada una por separado, pueden provocar la falta de apetito, la pérdida de peso y el inicio de un proceso de malnutrición, por parte del mayor.

Visión

Puede que sea uno de los primeros signos que se presentan.

Los ojos pueden volverse más secos y la lente ocular natural puede perder su precisión a medida que envejecemos. La visión puede verse afectada por estos cambios y volverse borrosa y desenfocada.

Audición

Los cambios en el nervio que controla la audición (nervio auditivo, también llamado nervio vestibulococlear o nervio estatoacústico), también pueden provocar que ésta empeore. Lo más habitual es perder la capacidad de escuchar las frecuencias más altas.

También influye en el sentido del equilibrio.

Sistema inmunológico

Uno de los procesos propios del envejecimiento, es la pérdida de efectividad del sistema inmune del cuerpo. Los glóbulos blancos se vuelven más ?perezosos? al hacer su trabajo, lo que provoca que las infecciones puedan ser más frecuentes y/o difíciles de controlar.

Memoria

La pérdida de memoria forma parte de ese ?hacerse mayor?. Sobre todo la memoria a corto plazo. No obstante, conviene no alarmarse: los problemas menores de memoria no son signos de demencia o enfermedad neurodegenerativa.

Hormonas y glándulas endocrinas

Uno de los problemas más comunes es el control hormonal del azúcar en sangre y el metabolismo de los carbohidratos, que pueden provocar síndrome metabólico o diabetes. También es común encontrar disfunción tiroidea y problemas con el metabolismo de las grasas y el colesterol.

El metabolismo del calcio y la vitamina D también puede verse alterado. Las hormonas sexuales alcanzan un nivel bajo y pueden provocar disfunción eréctil y sequedad vaginal.

Uñas y pelo

El patrón capilar suele estar marcado por los genes y, lo más normal, es encontrarse con un cabello más escaso y quebradizo, con el paso de los años. En ocasiones, hasta llegar a pérdida completa (o casi) del mismo.

Las uñas también pueden formar crestas verticales. El engrosamiento de las uñas de los pies es común. Las infecciones por hongos en las uñas pueden ocurrir con frecuencia.

Aparato bucal

Si hemos tenido una buena higiene bucodental desde niños, podemos seguir teniendo dientes y encías sanos de mayores. Aunque no es menos cierto que, a pesar de esto, la retracción de las encías es algo habitual en personas de edad avanzada, lo que puede afectar a la fijación de los dientes y muelas.

Además, la sensación de sed en las personas mayores suele disminuir, con lo que se pone en riesgo una correcta hidratación. Esto puede provocar, a su vez, que la secreción de las glándulas salivares sea menor. El resultado puede ser sequedad bucal, caries, infecciones, halitosis, etc.

Rostro

Definitivamente, es el elemento más distintivo (para los demás) del paso de los años. Aparte de las arrugas y las manchas de la edad, el contorno facial cambia. La pérdida general de volumen óseo facial y la grasa puede resultar en una menor tensión y flacidez de la piel de la cara.

Fisionomía

La forma de nuestro cuerpo. Como resultado de los cambios óseos del envejecimiento, la estatura se reduce y la curvatura de las vértebras de la espalda puede verse alterada. También puede producirse una mayor pérdida de masa muscular (sarcopenia) y una reducción del metabolismo de las grasas. Mantener un peso corporal adecuado se vuelve más difícil.

Movilidad

Esta es una de las cuestiones que más comorbilidad ocasiona en las personas mayores. Las causas más habituales suelen ser esa pérdida de masa muscular que comentábamos antes, degeneración articular, pérdida de sensibilidad cinestésica y un sistema nervioso menos eficaz en la percepción del espacio y el movimiento. La consecuencia suele ser un índice de caídas cada vez mayor, con más riesgo de lesiones graves a medida que avanza la edad.

Las estructuras musculoesqueléticas se vuelven cada vez más rígidas, sobre todo si la hidratación no es la adecuada y la movilidad se reduce, y aparecen dolores miofasciales que, a su vez, retroalimentan esta falta de movilidad y sus consecuencias.

Piel

Con el envejecimiento, la piel se vuelve menos flexible, más delgada y más frágil. Se notan los moretones con facilidad y las arrugas, las manchas de la edad y las marcas cutáneas pueden volverse más evidentes. La piel también puede volverse más seca y con picazón.

Aquí termina esta primera entrega.

En el próximo artículo comentaremos cuáles son las pruebas médicas más habituales en personas mayores, y algunas medidas de seguridad a tener en cuenta para evitar traumatismos como golpes, caídas y lesiones similares.

Ref.: medicinenet