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Introducción

El envejecimiento está asociado con una pérdida progresiva de masa muscular esquelética y una disminución en la función física, lo que puede llevar a una pérdida de independencia y un mayor uso de servicios de salud. Las mitocondrias, esenciales en la etiología de la sarcopenia, se han identificado como objetivos clave para intervenciones que pueden mitigar el declive en la capacidad física. Aunque el entrenamiento físico es una intervención primaria que reduce muchos de los efectos negativos del envejecimiento en la calidad y función del músculo esquelético, los niveles de actividad física disminuyen con la edad, lo que hace necesario implementar tratamientos complementarios para mantener la salud mitocondrial y la función física.

Cambios Mitocondriales Relacionados con la Edad

Con el envejecimiento, se observan cambios en el contenido mitocondrial del músculo esquelético, la bioenergética, la emisión de especies reactivas de oxígeno (ROS) y el control de calidad. Estos cambios están relacionados con la pérdida de masa muscular y función física, lo que incrementa el riesgo de caídas y fracturas, y lleva a una mayor dependencia de cuidados.

Intervenciones Nutricionales y Suplementos

Varios suplementos han mostrado mejorar la función física en personas mayores a través de mecanismos que involucran las mitocondrias. Entre ellos se incluyen:

  • MitoQ y Urolitina A: Aumentan la biogénesis mitocondrial y la bioenergética.
  • Ácidos Grasos Omega-3 (n-3 PUFAs): Reducen la emisión de ROS mitocondriales y el daño oxidativo.
  • Glicina y N-acetilcisteína (GlyNAC): Mejoran el control de calidad mitocondrial.

Estos suplementos pueden actuar de manera interdependiente para mejorar la función física al aumentar la biogénesis mitocondrial, disminuir la emisión de ROS y mejorar el control de calidad mitocondrial.

Ejercicio y Salud Mitocondrial

El entrenamiento físico contrarresta muchos de los efectos negativos del envejecimiento en las mitocondrias del músculo esquelético. Sin embargo, debido a que la mayoría de los adultos mayores no cumplen con las pautas de actividad física, se requieren intervenciones complementarias que mejoren la función mitocondrial y promuevan la longevidad funcional, ya sea de manera independiente o en combinación con el ejercicio.

Plasticidad y contenido mitocondrial

Uno de los hallazgos más inconsistentes en la literatura se refiere al impacto del envejecimiento en el contenido mitocondrial del músculo esquelético. Algunos estudios no reportan cambios en el contenido mitocondrial en individuos mayores de 65 años en comparación con sus contrapartes jóvenes, mientras que otros observan una disminución. Estas diferencias pueden estar relacionadas con las diversas medidas utilizadas para determinar el contenido mitocondrial, incluyendo las actividades enzimáticas máximas, los niveles de proteínas mitocondriales y la densidad/volumen mitocondrial.

Bioenergética mitocondrial

Existe una discusión considerable sobre el concepto de disminución de la capacidad mitocondrial con el envejecimiento. Varios estudios han demostrado una disminución de la capacidad mitocondrial con la edad avanzada, aunque este hallazgo no es universal. Tal variabilidad puede observarse porque muchos estudios no consideran covariables importantes, como los niveles de actividad física, la aptitud cardiorrespiratoria y la adiposidad, que probablemente confunden la relación entre la capacidad mitocondrial y la edad.

Emisión de especies reactivas de oxígeno mitocondrial

Los ROS mitocondriales juegan un papel importante en la señalización celular y en la promoción de varias adaptaciones celulares beneficiosas al estrés. Sin embargo, el estrés oxidativo se ha implicado en la atrofia muscular relacionada con la edad, sugiriendo que hay un 'umbral' más allá del cual mayores elevaciones en los niveles de ROS se vuelven perjudiciales.

Control de la calidad mitocondrial

El retículo mitocondrial es una estructura dinámica que experimenta una remodelación constante. La fusión mitocondrial permite el intercambio y dilución de componentes mitocondriales, mientras que la fisión mitocondrial segrega mitocondrias dañadas para su eliminación por mitofagia. Estos procesos son esenciales para el mantenimiento de una red mitocondrial sana y funcional.

Conclusiones

El mantenimiento de la salud mitocondrial es crucial para un envejecimiento saludable. A través de una combinación de nutrición adecuada, suplementos específicos y ejercicio regular, es posible mejorar la función mitocondrial y reducir el riesgo de enfermedades relacionadas con la edad. Estas estrategias pueden ayudar a las personas mayores a mantener su independencia y calidad de vida, minimizando el riesgo de enfermedades crónicas. La investigación continúa avanzando en este campo, ofreciendo nuevas perspectivas sobre cómo optimizar la salud mitocondrial a lo largo de la vida.

Este artículo destaca la importancia de las mitocondrias como objetivo nutricional en la edad avanzada y cómo las intervenciones nutricionales y de ejercicio pueden desempeñar un papel crucial en la mejora de la salud y la función física en las personas mayores. Al enfocarse en la salud mitocondrial, es posible mitigar los efectos del envejecimiento y promover una vida más activa y saludable.

Referencia:

https://www.fisiologiadelejercicio.com/la-mitocondria-como-objetivo-nutricional-en-edad-avanzada/