Blog MundoMayor

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Llegan las fiestas navideñas.

En realidad las fechas están aún por llegar, aunque sus iconos más representativos ?turrones, mazapanes, mantecados, polvorones, etc.- ya llevan algunas semanas entre nosotros.

Casi todo el mundo sabe que por más típicos y tradicionales que sean, no son productos saludables. Su composición (grasas saturas, azúcar, mantecas, etc.) no se lleva nada bien con nuestro sistema cardiovascular, ni, en muchas ocasiones, con el endocrino.

Sin embargo, en un intento de ?amansar a la fiera?, los fabricantes de estos productos tratan, con mayor o menor éxito, de crear productos un poco más amables con nuestro organismo.

Una de las etiquetas que más a menudo vemos en los envases es ?sin gluten?. De esta proteína típica de los cereales, ya hablaremos en otro momento.

Le sigue muy de cerca otra muy habitual: ?sin azúcar?, o sus derivados como ?sin azúcares añadidos?, ?0?0?, ?con edulcorantes naturales?, etc.

Es de estos últimos de los que te vamos a contar, en nuestro blog de hoy, algunas cosas que conviene que tengas en cuenta, cuando los vayas a adquirir.

Empezamos por saber qué es un edulcorante.

Los edulcorantes son sustancias que se utilizan principalmente para reemplazar el azúcar. Un aditivo que es incorporado intencionalmente a un alimento para potenciar o darle sabor dulce.

Existen varios tipos:

No nutritivos.

Son al menos entre 30 y 13.000 veces más dulces que el azúcar natural, y es por esta razón que se necesitan cantidades mínimas para endulzar un producto.

Naturales sin calorías:

Estevia (E960)

Es extraído de las hojas de la planta Stevia Rebaudiana Bertoni. Es estable en seco y más estable que otro edulcorante en forma líquida. En las cantidades recomendadas tiene un sabor dulce y agradable, en mayor cantidad puede sentirse un sabor amargo.

Taumantina (E957)

Esta sustancia se obtiene de un árbol de origen africano (Thaumatococcus) y también artificialmente. Es reconocida como la sustancia natural más dulce del mundo, ya que es 2.500 veces más dulce que el azúcar de mesa. Es muy utilizada para modificar sabores, más que como edulcorante.

Artificiales sin calorías:

Aspartamo (E951)

Es 200 veces más dulce que el azúcar. Su molécula está compuesta por un éster metílico del ácido aspártico y un dipéptido de fenilalanina. Es por esta razón que debe determinarse en el etiquetado de un alimento que se ha utilizado esta sustancia para informar a pacientes que no puedan consumir este aminoácido.

Es estable en seco y suele degradarse en temperaturas muy altas.

Sucralosa (E955)

Se fabrica a partir de las moléculas del azúcar. El 85% de lo que uno ingiere no se absorbe y se elimina por las heces, el resto se elimina por la orina sin ningún cambio. Es 600 veces más dulce que el azúcar. Es muy estable a altas temperaturas.

Sacarina (E954)

Esta molécula química es una de las más antiguas que se ha utilizado como edulcorante. Ha sido investigada durante muchos años debido a su relación con el cáncer en ratas, pero ha sido desmentido y aprobado su uso de manera segura tanto por la FDA como por la EFSA. El cuerpo la absorbe lentamente pero no se metaboliza y es eliminada a través de la orina. Es entre 300 y 500 veces más dulce que el azúcar. Es estable a temperaturas altas y en grandes cantidades puede tomar un sabor amargo, como sucede con la Estevia.

Neotamo (E961)

Se utiliza como potenciador del sabor. Es hasta 13.000 veces más dulce que el azúcar. Es estable a temperaturas altas y en seco. Es absorbido y metabolizado por el organismo y los productos son desechados a través de la orina y las heces.

Acesulfame potásico (E950)

Se utiliza normalmente con otros edulcorantes para intensificar su grado de dulzor y disminuir el sabor amargo. Se elimina el 95% de lo ingerido por la orina sin ser modificado por el organismo. Es entre 100 y 200 veces más dulce que el azúcar.

Ciclomato (E952)

Es un edulcorante que se utiliza normalmente con otro para disminuir el sabor amargo que pueden producir. Es entre 30 y 50 veces más dulce que el azúcar.

Advantamo (E969)

Es la combinación de aspartamo con vainillina. Es 37.000 veces más dulce que el azúcar. Se utiliza para darle mayor duración al sabor dulce o mejorar el sabor de sucedáneos.

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Como cualquier otro producto de consumo, estos aditivos deben pasar un control exhaustivo antes de poder ser comercializados.

La EFSA (European Food Safety Authority) en la Comunidad Europea o la FDA (Food and Drugs Adminitration) en el caso de Estados Unidos y algunos países americanos, son los encargados de asegurar que el consumo diario de los edulcorantes no nutritivos es aceptable en las dosis recomendadas.

Existe la Ingesta Diaria Admisible (IDA), que nos indica la cantidad máxima que cada persona puede ingerir en relación a su peso corporal:

Edulcorante

Ingesta diaria admisible (IDA)

Estevia (E960)

4 miligramos (mg )por kilogramo (kg) de peso al día

Taumatina (E957)

1,03 mg por kg de peso al día

Aspartamo (E951)

40 mg por kg de peso al día

Sucralosa (E955)

15 mg por kg de peso al día

Sacarina (E954)

5 mg por kg de peso al día

Neotamo (E961)

2 mg por kg de peso al día

Acesulfame potásico (E950)

9 mg por kg de peso al día

Ciclomato (E952)

7 mg por kg de peso al día

Advantamo (E969)

5 mg por kg de peso al día

Pero no todo son ventajas.

El consumo de este tipo de sustancias, en mayor o menor medida y dependiendo de cuáles sean, también conlleva una riesgo.

Motivos por los que los edulcorantes pueden causar daño o alguna alteración:

Si ingerimos una gran cantidad de edulcorante, vamos a acostumbrar a nuestro organismo a querer más dulce, debido a que los edulcorantes artificiales nos aportan un dulzor mayor que el azúcar. Esto es, pueden llegar a ser incluso más adictivos que el propio azúcar.

La exposición a edulcorantes puede interferir en el aprendizaje entre el sabor dulce y el aporte calórico, que podría afectar negativamente en la regulación de los procesos metabólicos.

Cuantos más alimentos edulcorados consumamos, más acostumbraremos y enseñaremos a nuestro organismo a tener siempre presente este sabor. El organismo, al sentir el sabor dulce, se prepara para digerir ?algo? secretando distintas sustancias para poder obtener energía. En el caso de los edulcorantes no la obtendrá, pero estarán todas las condiciones para hacerlo; por lo tanto, finalmente se producirá un descontrol en el cuerpo.

Los edulcorantes podrían alterar la composición de nuestra flora intestinal.

Puede que los alimentos o bebidas azucaradas artificialmente (light, diet o zero) en algunos casos sean la mejor opción para no consumir azúcar, pero hay que dejar claro que esto no significa que sean más saludables, necesariamente.

Al ser la mayoría de estos productos artificiales, hay que controlar la cantidad para que no lleguen a ser tóxicos para el organismo; por lo tanto, se recomienda el uso moderado de edulcorantes en adultos, adolescentes y evitarlo en niños, sobre todo en los más pequeños. Conviene conocer la tabla de consumo máximo diario y, ante cualquier signo o síntoma derivado de su consumo, habitual u ocasional, consultar con el médico.

Así que, como puedes observar, no es oro todo lo que reluce.

Como siempre, nuestra recomendación es que lleves una vida sana, un consumo responsable de aquello que no es saludable y, sobre todo, que seas muy feliz.

Ref.: faros.hsjdbcn.org y clínica Mayo