Blog MundoMayor

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Si nos fijamos un poco podemos observar que, en general, la marcha en personas de edad avanzada es progresivamente más lenta y dificultosa. Esto no tiene nada de particular, a priori, siempre que atendamos a los estándares de normalidad para cada grupo de edad. Sin embargo, si este patrón de marcha se empieza a evidenciar en edades en torno a los 45 años, podríamos estar hablando de un marcador preocupante: envejecimiento prematuro y déficit cognitivo. Al menos es lo que se desprende de un estudio publicado por la revista JAMA Network Open.

El estudio se llevó a cabo por investigadores de la Universidad de Duke, en colaboración con científicos de Dinamarca, Inglaterra y Nueva Zelanda

El estudio retrospectivo analizó el patrón de marcha de 904 neozelandeses, a lo largo de sus 50 años de vida. Se midió cada dos años empezando desde los 3 hasta los 15, luego cada tres años entre los 15 y los 21, y después a las 26, 32, 38 y 45. Las pruebas se llevaron a cabo bajo distintas condiciones: normal, hablando a la vez, paso rápido y máxima velocidad posible, sin correr.

Lo que descubrieron es que las personas entorno a los 45 años más lentos, tenían algunos órganos como pulmones, dentadura o sistema inmunitario más deteriorado. También una menor masa encefálica y espesor de la corteza cerebral, lo que significa una tasa de envejecimiento cerebral mayor.

Y, curiosamente, también al revés. Es decir: los niños de 3 años con resultados en pruebas cognitivas inferiores a la media normal, presentaban también una cadencia de paso más lenta en la edad adulta.

Moffit y sus colaboradores destacan el carácter preliminar del trabajo, además de algunas limitaciones, como la falta de escáneres cerebrales antes de los 45 años o la evaluación de las habilidades cognitivas más allá de la infancia. Asimismo, desconocen el porqué de la relación entre la lentitud de los pasos y el deterioro temprano del cerebro.

Lo relevante de este estudio está en que, de confirmarse definitivamente la relación entre cadencia de paso y deterioro cognitivo y envejecimiento precoz, se facilitaría una intervención temprana a fin de evitar o minimizar este deterioro con el paso del tiempo.

Referencia: «Association of neurocognitive and physical function with gait speed in midlife», de L. J. Hartmann Rasmussen, et al., en JAMA Network Open; 2(10):e1913123, publicado el 11 de octubre de 2019.