El bienestar sexual es una parte importante de la vida de muchas personas mayores de 60 años. Sin embargo, los adultos de edad avanzada a menudo enfrentan barreras para buscar y recibir ayuda relacionada con problemas en su desempeño sexual.
En octubre de 2019 se publicó un estudio que utilizó datos de una encuesta de probabilidad (n?= 3820) sobre sexualidad y envejecimiento, para examinar la búsqueda de ayuda en personas de 60 a 75 años en Noruega, Dinamarca, Bélgica y Portugal.
Más hombres (12,2%) que mujeres (6,8%) habían buscado ayuda profesional por dificultad sexual en los últimos 5 años. La razón principal fue que el sexo era importante para el participante y su relación.
La principal fuente de ayuda profesional fue el médico de atención primaria. De los que habían buscado ayuda profesional, el 48% estaba satisfecho o muy satisfecho con la ayuda recibida, el 31,6% no estaba satisfecho ni insatisfecho, y el 20,4% estaba insatisfecho o muy insatisfecho.
Otros buscaron ayuda de fuentes informales, particularmente amigos o sitios web. Las principales razones para no buscar ayuda profesional incluyeron no sentirse angustiado por los síntomas y pensar que la dificultad se resolvería por sí sola.
El análisis de regresión multivariable reveló que los correlatos significativos de buscar ayuda profesional para mujeres y hombres, era la angustia por la dificultad sexual.
Estos resultados tienen implicaciones importantes para la atención médica y pueden usarse para informar del desarrollo y la prestación de servicios para adultos mayores que experimentan dificultades sexuales.
Los resultados de este estudio proporcionan información sobre las razones por las cuales los adultos mayores buscan o no ayuda por problemas sexuales.
Puede ser que las barreras para la búsqueda de ayuda sean más importantes de lo esperado, ya que había altas tasas de dificultades sexuales en el estudio (Hald et al. 2019), pero sólo un pequeño número de participantes habían buscado ayuda.
Los hallazgos pueden ayudar a dirigir recursos a los lugares correctos para apoyar las necesidades sexuales de los adultos mayores, lo cual es importante en el contexto de una creciente población mundial de mayores de 60 años.
Nuestras conclusiones:
Debemos entender las relaciones sexuales de personas mayores de edad como un integrante más de un estilo de vida saludable.
El derecho a una vida sexual activa y sana nos asiste dentro de los parámetros que ampara la ley, desde luego, y debería normalizarse definitivamente como algo natural y no ser considerado un tema tabú, vergonzante, violento o de mal gusto.
En pleno siglo XXI es esencial que nos deshagamos de prejuicios y fundamentalismos, y veamos la vida sexual de nuestros mayores como una expresión más de su vitalidad y condicionantes emocionales. Pero no sólo eso; es necesario que éstos sean los primeros en romper sus complejos y dar carta de naturaleza a la expresión de sus necesidades físicas y emocionales, de una forma espontánea, franca y abierta.
Afortunadamente la ciencia está en disposición de poder solventar en gran medida las deficiencias o dificultades fisiológicas propias de una edad avanzada, y proporcionar a ambos sexos ayudas para poder mantener relaciones plenamente satisfactorias.
?Puede ser que las barreras para la búsqueda de ayuda sean más importantes de lo esperado. [?] Sólo un pequeño número de participantes habían buscado ayuda?, comenta el estudio. Podemos inferir que una parte de estas barreras sean consecuencia de prejuicios éticos, morales, culturales, religiosos, etc., más acentuados si cabe en personas mayores. Pero es muy probable que no pocos entren en el espectro de la vergüenza, la timidez, la falta de autoestima, inseguridad, etc.
Lidiar con las primeras se escapa al interés y alcance de este artículo, pero conseguir minimizar o remediar las segundas es un trabajo que nos corresponde a todos como sociedad madura y emocionalmente equilibrada.
Es imperativo ayudar a que sea normalizada la vida sexual en la tercera edad. A partir de este punto, solicitar asistencia profesional cuando el desempeño sexual no es satisfactorio en los albores o ya dentro de la vejez debería convertirse en algo tan normal y natural como pedirla con 25, 35, o 45 años.
Trabajemos en ello.
Referencia del estudio:
Hinchliff, S., Carvalheira, AA, ¦tulhofer, A. y col. Buscando ayuda para las dificultades sexuales: resultados de un estudio con adultos mayores en cuatro países europeos. Eur J Aging 17, 185?195 (2020). https://doi.org/10.1007/s10433-019-00536-8