Blog MundoMayor

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Recientemente se ha publicado en The New England Journal of Medicine una excelente revisión, que repasa la evidencia científica disponible sobre el ayuno intermitente.

Existen diferentes modalidades, entre las que están: alternar un día de ayuno y uno de ingesta, el patrón 5:2 (5 días de ingesta y dos de ayuno) o el patrón 4:3.

La premisa fisiológica en la que se basa el ayuno intermitente es que éste permite activar una serie de mecanismos propios para la obtención de la energía celular, mecanismos que habitualmente están inhibidos con el régimen de 3 a 5 comidas diarias.

Lo más relevante del ayuno intermitente es que su beneficio no se limita exclusivamente a la pérdida de peso,  sino que se parece presentar un efecto antiinflamatorio así como un aumento de la resistencia al estrés y a la oxidación, que son mecanismos transversales a muchas enfermedades, especialmente crónicas, y al proceso de envejecimiento.

Es significativo también que se demuestra su seguridad, incluso a largo plazo, tanto en personas sanas como en enfermos, e incluso en ancianos.

¿Qué hay que tener en cuenta, si te estás planteando iniciar este método nutricional?

  1. El ayuno intermitente no sirve de nada si se lleva a cabo de manera temporal. Es decir, hablamos de un método de alimentación, no de una dieta coyuntural para bajar los kilos que nos sobran.
  2. El ayuno intermitente necesita de restricción calórica, o al menos de moderación. O sea, que no consiste en comer hasta no poder más, porque al día siguiente vas a ayunar. No funciona así.
  3. En relación con una dieta hipocalórica, parece que con el método del ayuno intermitente se consigue una pérdida mayor de grasa sin pérdida de masa muscular.

Como ves, todo tiene su cara y su cruz. No existen fórmulas mágicas ni ?pastillas? para adelgazar, sin que el peaje a corto, medio o largo plazo para la salud nos pase el detalle de la factura.

El corolario a este post podría ser:

  1. Sabemos que comemos de más y mal.
  2. Abusamos de los alimentos procesados y seguimos un patrón dietético poco fisiológico y/o deficitario.
  3. Sabemos que la alimentación, junto con nuestro estilo de vida, favorece la aparición de enfermedades que podrían ser potencialmente evitables.
  4. Sabemos que disponemos de medios científicos y técnicos para revertir situaciones patológicas de morbilidad relacionadas con la nutrición, pero que la prevención es fundamental.
  5. Mejorar nuestros hábitos nutricionales no es una cuestión estética, es una cuestión de salud. Esa salud que te permitirá llegar a ?viejo? con vitalidad, energía y ganas de seguir viviendo.

Artículo original: Effects of Intermittent Fasting on Health, Aging, and Disease

 
Ref.: Dr. Alberto Esteban Fernández - Sociedad Española de Cardiología