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Artritis reumatoide. Todo lo que tienes que saber sobre esta patología.

La Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) define la Artritis reumatoide como una condición inflamatoria crónica que afecta a las articulaciones y que también puede afectar a otros tejidos por todo el cuerpo.

En España, de una población elegible de 972.545 sujetos, se extrajo una muestra de 2.998. Completaron la entrevista 2.192 sujetos (tasa de respuesta del 73%), sin que se encontraran diferencias importantes frente a los que no accedieron a ser entrevistados.

Un análisis de la representatividad frente a datos del Instituto Nacional de Estadística demostró el buen comportamiento del muestreo aleatorio. En total, 186 personas (8,5%) tenían un cribado de A.R. positivo, de los cuales 9 mujeres y 2 varones fueron clasificados como casos.

La prevalencia estimada en la población mayor de 20 años fue de 0,5% (IC del 95%; 0,2-0,8).

Por sexos, la prevalencia estimada fue del 0,8% (IC del 95%, 0,4-1,1) en mujeres y de 0,2% (< 0,5) en varones.

Extrapolando los datos a la población del año 2000, existirían unos 150.000-200.000 mil casos de A.R. en nuestro país. (Datos de la Revista Española de Reumatología, publicados en Elsevier. Marzo 2020)

Artritis reumatoide 
AncianosLa artritis reumatoide generalmente afecta primero las manos y los pies, pero puede ocurrir en cualquier articulación. Por lo general, involucra las mismas articulaciones en ambos lados del cuerpo.

Los síntomas comunes incluyen rigidez en las articulaciones, especialmente al levantarse por las mañanas o después de sentarse un rato. Algunas personas a menudo experimentan fatiga y una sensación general de malestar, que acompañan al dolor articular.

Las causas específicas de la artritis reumatoide son desconocidas, aunque fumar aumenta el riesgo de la enfermedad y la severidad de la misma.

Los síntomas de la artritis reumatoide se desarrollan gradualmente, y no siempre es posible saber cuándo ?comenzó? a producirse la enfermedad.

En algunas personas la sintomatología se presenta de forma continuada en el tiempo,  otras tienen síntomas que desaparecen completamente, y otras períodos alternantes  de síntomas molestos y de resolución completa, pero que reaparecen tiempo después.

La aparición, severidad y síntomas específicos de esta condición pueden variar grandemente de persona a persona.

Vamos a resumir la sintomatología más generalmente afectada:

  1. Dolor, hinchazón y rigidez en más de una articulación.
  2. Afectación articular simétrica.
  3. Deformidad articular.
  4. Inestabilidad al caminar.
  5. Sensación general de malestar.
  6. Fiebre.
  7. Pérdida de función y movilidad.
  8. Pérdida de peso.
  9. Debilidad.

Estos son los síntomas más habituales, aunque no tienen por qué darse todos a la vez, juntos y en todas las personas.

Mencionábamos antes que en España la prevalencia es del 0,5% (personas que la sufren), que es mayor en mujeres y en áreas urbanas, y que tiene una incidencia anual (nuevos casos diagnosticados) de 8,3 por cada 100.000 adultos mayores de 16 años.

Lo que sí se conoce es que la A.R. forma parte de las denominadas enfermedades autoinmunes, es decir, los propios anticuerpos del sistema inmunológico atacan la membrana sinovial, que es el revestimiento liso de una articulación. Cuando esto sucede, se produce dolor e inflamación.

Histología con microscopia de luz. Lesión destructiva en el margen de la articulación interfalángica. Se ve el tejido sinovial o pannus junto con el tejido de granulación, en lo que se denominó movimiento de pinza, y que aísla un fragmento de cartílago, señalado como «C»9.La inflamación hace que la membrana sinovial se espese. Esta proliferación del tejido sinovial se denomina pannus, e incluye un gran componente celular activo que genera y perpetúa la inflamación y, por tanto, la enfermedad. Con el tiempo, si no se trata, puede invadir y destruir el cartílago, el tejido conectivo que amortigua los extremos de los huesos.

Los tendones y ligamentos que mantienen unida la articulación también pueden debilitarse y sobre estirarse. La articulación finalmente pierde su forma y configuración y el daño puede ser severo.

Los grupos de población con un mayor riesgo de desarrollar este tipo de artritis, son aquellos que:

  • Tienen 60 años o más.
  • Son mujeres.
  • Tienen rasgos genéticos específicos.
  • No son madres.
  • Padecen obesidad.
  • Fuman tabaco o sus padres lo hacían cuando eran niños.

Complicaciones de la Artritis Reumatoide

Las personas con A.R. tienen un mayor riesgo de padecer otras enfermedades como cardiopatías u obesidad. Estas últimas también tienen un mayor riesgo de desarrollar hipertensión y diabetes.

Acompañando a éstas no es raro ver pacientes con depresión, ansiedad y estrés.

Otras condiciones patológicas que pueden acompañar a la A.R.:

  • Síndrome del túnel carpiano: Se debe a la compresión e irritación del nervio Mediano a la altura de la muñeca. Los síntomas incluyen dolor, entumecimiento y hormigueo en los dedos pulgar, índice y medio de la mano del lado afectado.
  • Inflamación: Puede producirse en los pulmones, el corazón, los vasos sanguíneos, los ojos y otras partes del cuerpo.
  • Tendinopatías: La inflamación de los tendones puede provocar su rotura, especialmente en el dorso de los dedos.
  • Mielopatía cervical: La luxación de las articulaciones cervicales puede agregar presión a la médula espinal. Esto puede resultar en una disminución de la movilidad y dolor al moverse. A medida que avanza la A.R. aumenta el riesgo de mielopatía cervical.
  • Vasculitis: La inflamación de los vasos sanguíneos puede hacer que se debiliten, engrosen, estrechen y cicatricen. Esto puede afectar el flujo sanguíneo a los tejidos y la función de los órganos puede verse afectada.
  • Susceptibilidad a las infecciones: Existe un mayor riesgo de desarrollar resfriados, gripe, neumonía y otras enfermedades, especialmente si la persona está tomando medicamentos inmunosupresores para controlar la A.R. Las personas con AR deben asegurarse de que sus vacunas, como las inyecciones contra la gripe, estén actualizadas. Ni que decir tiene que constituyen uno de los grupos de riesgo de la COVID19.

Diagnóstico

En etapas iniciales puede ser difícil de diagnosticar, por la similitud de sus síntomas con otras patologías. Por ejemplo: gota, artrosis, lupus o artritis psoriásica.

No obstante, el diagnóstico y el tratamiento tempranos son esenciales para retrasar la progresión de la enfermedad. El ?ojo clínico? del médico puede ser determinante en este inicio de la enfermedad.

También pueden prescribir algunas pruebas:

Una analítica sanguínea, prestando especial atención a ciertos valores.

  • Velocidad de sedimentación de eritrocitos (VSG o velocidad de sedimentación): Esta prueba evalúa los niveles de inflamación en el cuerpo. Si los glóbulos rojos (eritrocitos) se depositan rápidamente como sedimento, los niveles de inflamación son altos. Esta prueba no es específica para la A.R.
  • Proteína C reactiva (PCR): El hígado produce PCR (no confundir con la prueba COVID19). Un nivel más alto de PCR sugiere que hay inflamación en el cuerpo. Tampoco es una prueba específica para determinar la A.R.
  • Anemia: Muchos pacientes también tienen anemia
  • Factor reumatoide: Si un anticuerpo conocido como factor reumatoide está presente en la sangre, puede indicar que hay A.R. Sin embargo, no todas las personas con A.R. dan positivo por este factor.

Pruebas de imagen como resonancia nuclear magnética y radiografías simples, ayudarán al médico a identificar qué tipo de artritis tiene el paciente.

Tratamiento

La SEMI nos da ofrece en su web las claves, que nosotros transcribimos a continuación:

El tratamiento juega un papel clave en el control de la inflamación de la artritis reumatoide y en minimizar el daño a las articulaciones. Generalmente implica una combinación de farmacoterapia y otros tratamientos no farmacológicos. En algunos casos, el tratamiento también puede involucrar cirugía.

El objetivo del tratamiento de la artritis reumatoide es control de signos y síntomas del paciente, prevenir el daño articular y mantener al paciente calidad de vida y capacidad funcional.

El daño articular causado por la artritis reumatoide generalmente ocurre dentro de los primeros dos años del diagnóstico, y es difícil predecir qué individuos desarrollarán complicaciones a largo plazo. Por lo tanto, el tratamiento inicial de la artritis reumatoide tiene como objetivo eliminar o reducir al mínimo la inflamación. Sin embargo, el riesgo de efectos secundarios del tratamiento debe sopesarse contra los beneficios. La atención médica a largo plazo con visitas programadas es esencial para la mejor evolución de la enfermedad.  Este cuidado a menudo implica visitas médicas y pruebas para evaluar la efectividad del tratamiento y para monitorizar los efectos secundarios.

Los tratamientos no farmacológicos incluyen diferentes acciones como:

  • Educación y consejos que pueden ayudarle a mejor entender la naturaleza de la artritis reumatoide y hacer frente a los desafíos de esta condición.
  • Medidas no farmacológicos como el bio-feedback y la terapia conductual cognitiva pueden ayudar a controlar los síntomas de la artritis reumatoide. La fatiga es un síntoma común de la artritis reumatoide. Las articulaciones inflamadas deben descansar, pero deben  mantenerse activas tanto como sea posible. Puede ser útil  el consejo de fisioterapeutas  y de terapeutas.
  • La inactividad puede conducir a una pérdida de movimiento de las articulaciones, contracturas y pérdida de fuerza muscular. La debilidad, a su vez, disminuye la estabilidad y aumenta aún más la fatiga. El ejercicio regular puede ayudar a prevenir y revertir estos efectos.    Diferentes tipos de ejercicio pueden ser beneficiosos, por ej., ejercicios para aumentar la fuerza (isométrico, isotónico y ejercicios isocinéticos) y ejercicios para aumentar la resistencia (caminar, nadar y bicicleta).
  • La fisioterapia y la terapia ocupacional pueden aliviar el dolor, reducir la inflamación y ayudar a preservar la función y estructura común para pacientes con artritis reumatoide.
  • La aplicación de calor o frío puede aliviar el dolor o rigidez.
  • Los ultrasonidos puede reducir la inflamación de las vainas que rodean los tendones (tenosinovitis).
  • Ejercicios pasivos y activos pueden mejorar y mantener el rango de movimiento de las articulaciones.
  • El entablillado o vendaje funcional puede reducir el dolor en las articulaciones y mejorar la función articular.
  • Las técnicas de relajación pueden aliviar el espasmo muscular secundario.
  • También se puede incluir una consulta con un podólogo que puede orientar sobre el calzado y ortesis (dispositivos que aseguran la posición correcta del pie).
  • Nutrición y terapia dietética: los enfermos a veces pierden su apetito o no puede comer una cantidad adecuada de alimentos. Terapia dietética ayuda a asegurar que usted come una cantidad adecuada de calorías y nutrientes. Sin embargo, la pérdida de peso se puede recomendar para que personas con sobrepeso y obesidad y con ello reducir el estrés en las articulaciones inflamadas. La adición a la dieta de aceites de pescado y algunos aceites vegetales, como aceite de semilla de borraja, han mejorado modestamente dolor de la artritis y la inflamación articular.
  • Dejar de fumar puede mejorar la enfermedad.
  • El consumo moderado de alcohol no es perjudicial, aunque puede aumentar el riesgo de daño hepático de algunos fármacos que provocan pérdida de masa ósea. Varias medidas pueden reducir al mínimo la pérdida de hueso asociada a la terapia esteroide, como utilizar la menor dosis posible de glucocorticoides durante el menor tiempo posible y consumir una cantidad adecuada de calcio y vitamina D, ya sea en la dieta o por suplementos.

A día de hoy no existe una cura definitiva para esta patología. Todo lo utilizado actualmente va encaminado a mejorar y paliar la sintomatología que presenta que, además de ser muy discapacitante, es también muy dolorosa, sobre todo en los periodos de brote.

Como siempre que hablamos de temas de salud, desde Mundomayor y ESSIP te recomendamos que acudas a tu médico ante cualquier sospecha de enfermedad.

Referencias:

Medicalnewstoday

Fesemi.org

reumatologiaclinica.org